13-14-15 de noviembre de 2025
Favorecer una atención integral, respetuosa y libre de prejuicios hacia personas trans e intersex en el ámbito sanitario. Se busca visibilizar las necesidades específicas de estas poblaciones, así como fomentar el conocimiento sobre identidad y expresión de género entre profesionales de la salud para reducir la discriminación y las barreras de acceso al sistema.
La atención a personas trans e intersex requiere una aproximación centrada en la individualidad y el respeto. La identidad de género es la vivencia interna del género, y puede o no coincidir con el sexo asignado al nacer. Esta identidad no puede determinarse por exploración física ni debe ser asumida por la apariencia o comportamiento. La expresión de género, por su parte, es cómo se manifiesta socialmente esa identidad, sin que exista una relación obligatoria entre ambas.
La orientación sexual, que implica atracción sexual y/o afectiva, es independiente de la identidad de género. Aproximadamente el 1% de la población es intersex, presentando variaciones biológicas que no encajan en el modelo binario tradicional. Es fundamental evitar la patologización y garantizar el uso correcto de nombres y pronombres elegidos por cada persona.
Persisten importantes barreras en la atención sanitaria a personas trans e intersex, como el uso del nombre asignado al nacer (deadname), el cuestionamiento de la identidad y una formación insuficiente del personal. La identidad no requiere diagnóstico médico para ser válida. Promover un trato digno mejora la calidad asistencial.
Estas prácticas pueden integrarse en cualquier nivel del sistema de salud, especialmente en atención primaria. La Ley 4/2023 permite el cambio de nombre y sexo en el registro civil sin necesidad de informes médicos. El enfoque propuesto mejora la equidad, el respeto y la eficacia del cuidado sanitario.